El deber de todo artista

Se dice que los médicos curan, los mecánicos arreglan coches y los artistas te tocan el corazón. Una frase que bien resumiría la función de una artista hoy en día, pero no solo de aquellos que pintan cuadros o exponen en galerías mundialmente reconocidas. Hablamos de aquellos que modestamente llenan las calles de alegría a través de sus colores y palabras. Y es a través de este arte urbano que la gente se siente motivada e inspirada para seguir adelante.

Palabras como corrupción, crisis, desahucios o paro han sacudido de manera abrupta prácticamente todos los estratos de la sociedad, en especial énfasis en aquellas zonas más castigadas incluso antes que estas palabras llegaran a boca de todos. Una ola de negatividad se instauró en la puerta de cada casa, en la esquina de cada calle y el gris se impuso como color dominante dentro de una atmosfera sombría. En un impulso por contrarrestar este movimiento dañino, artistas de todos los rincones se propusieron hacer lo que mejor sabían. El grupo Boa Mistura, que desde 2001 se había constituido como un grupo de arte urbano con raíces en el graffiti,  supo traducir ese estado de flaqueza en la gente y convertirlo en júbilo, entusiasmo y felicidad.

Así lo explicó uno de los integrantes de este grupo de artistas callejeros, Rubén, ante el público de TEDxMadrid en una de sus TED talk en 2012. “Esta transformación se la debemos al arte, a palabras que por el simple hecho de aparecer donde antes solo había gris han cambiado comunidades enteras.”

Una situación similar encontramos en Barcelona. En poco tiempo, 2.300 m² de suelo intervenido y 600 m² de muro fueron pintados en una de las zonas que parecían pasar al olvido. Hablamos de la calle Pere IV, un espacio público donde el arte urbano ha revitalizado perfectamente casas y edificios que antaño fueron un bastión industrial y que actualmente quedaban rodeadas por un nuevo y muy potente distrito tecnológico (el 22@). Hasta entonces, la zona permanecía anclada en el pasado. La segunda edición de «Ús Barcelona» permitió este cambio el año pasado. Artistas de diversa índole y procedencia participaron en la transformación urbanística pero también social, económica y cultural del barrio del Poblenou.

En la siguiente imagen, por ejemplo, vemos una de las casas de la calle Pere IV de Barcelona. La artista barcelonesa. Andrea Michaelsson, juega con puertas y ventanas tapiadas para que conjuguen perfectamente con el mural de la pared de colores llamativos llamado “Btoy”. Un personaje clava la mirada en los viandantes y con ello transforma una casa que pasaría desapercibida en una obra de arte para contemplar.

“Btoy” – Andrea Michaelsson (Barcelona)

Foto: Andrea Ariet

En ambos casos, tanto en Barcelona como en Madrid, conjugar arte urbano y espacio público se alza como una máxima entre los artistas urbanos actuales. Un deber basado en potenciar una transformación que motive a la ciudadanía por cuidar su lugar de residencia. Gestos muy simples que ayuden a concienciarlos y cohesionarlos dentro de su comunidad. Sin ir más lejos, el proyecto en la Ciudad Condal incluyó también a todas aquellas personas que – con o sin experiencia artística – quisieran dejar su huella en la pared “literalmente hablando”. Un muro participativo en el que grandes y pequeños demostraron que cualquier acción colectiva sin ánimo de lucro era capaz de avanzar ante espinosas trabas y burocracia infinita.

Los que describen este proceso exclaman que el arte no sólo esta en los museos, sinó que puede encontrarse en cualquier lugar y es para todos los publicos. Los graffitis son arte a gran escala. Las ciudades deberían ofrecer espacios aptos para el cambio, donde con pequeños gestos se recuperen y reactiven lugares olvidados. De este modo se mejorarían los vínculos de la gente con el lugar donde viven.

El título de este artículo deja vía libre a todo aquel que lo lea para definir cuál es el deber que todo artista debe poseer. Sin lugar a dudas, desde el grupo Boa Mistura o los artistas callejeros que transformaron Pere IV en Barcelona, este deber es uno: conectar con la gente. Emoción, sorpresa e inspiración que se pueden mostrar de muchas maneras, tantas como colores, formas y expresiones artísticas existan, tantas como ideas e imaginación residan dentro de las cabezas pensantes de estos artistas y de todas las comunidades que decidan poner un granito de color en sus vidas.

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Foto de la portada Fuente: “Duerme menos y sueña más”  extraída de:  boamistura.com